RADA Beauty - Acumula descuentos

Entradas populares

jueves, 4 de noviembre de 2010

- Estoy enfermo, - ¿Siguiente, por favor?


Todos los trabajos son duros. Cada uno tiene su propio agotamiento: físico, mental o ambos.
Además, todos somos humanos, tenemos días buenos, días malos y cometemos errores.

Pero no es lo mismo que un mecánico te diga que tu coche está siniestro con menos tacto que un guante de lana, a que una especialista te diga que no hay que comportarse así, que “todas hemos pasado por eso y no nos hemos muerto” (véase el caso de una parturienta).

No es lo mismo que le pidas al panadero una barra candeal y te diga que va a tener que darte  una de viena porque quizá no tenga candeal, que va a mirarlo, a que un médico te diga que probablemente tengas un tumor, aunque hay que hacer más pruebas.

Al igual que no es lo mismo esperar por un teléfono en reparación que por unas pruebas que te mandan con goteo para poder diagnosticarte mientras sufres dolores en casa.

Y es que hay errores que en determinadas profesiones matan, hunden a alguien o le hacen sentir como el número de afiliación XXX.

Todos somos personas y para según qué trabajos se necesita más tacto que en otros, al igual que más efectividad.

Ahora están prestando mayor atención  en el tema de las bajas médicas, no debe haber, o si hay, de corta duración. Pero no debiera ser así por los números sino por las personas que se hayan detrás de todo el papeleo.

La teoría dice que si una persona está en casa es porque se encuentra incapacitado para ir a trabajar. Esta situación debe solucionarse cuanto antes, pero esto no es posible si dentro de un mes te dan cita con el especialista, éste a su vez te manda pruebas, para volver a ver los resultados debes esperar otro mes a que tenga cita disponible, etc… No olvidemos sumar a todo esto el tiempo que has tardado en que te hagan caso, ya que, a menos que sea una enfermedad de manual, no saben qué hacer.
Y mientras en casa con tus padecimientos.

Tema aparte es el hecho de que tú expongas lo que te pasa y, o sólo se entiende parte de la conversación y algunos síntomas se queden en el limbo (quizá los más importantes), o bien se le reste importancia hasta que la urgencia de los mismos sea casi vital.

Como conclusión, creo que muchos estarán de acuerdo conmigo en la afirmación que al igual que para ser profesor (un buen profesor) se necesita tener vocación, para ser médico se necesita mucha humanidad e implicación.
Porque a nadie nos gusta sentirnos como rebaño, y menos cuando se tratan de malas noticias, de primeras veces que asustan, o de dolores que hacen que el día sea duro, muy duro de llevar. 

Es cierto que cada vez más, la máxima de HOUSE de que todos los pacientes mienten, se estila entre los facultativos. La diferencia es que, en ésta serie, y debido a que es ficción, siempre o casi siempre se cura al paciente.

Todos entornaremos un mea culpa por nuestros malos días pagados con personas que no se lo merecen, pero como decía al comienzo… No es lo mismo.

Por último, sólo quiero recalcar que esto no es una generalización, porque por suerte he conocido grandes DOCTORES que me han tratado como PACIENTE en mayúsculas y como PERSONA primero. 
Porque el día de mañana todos seremos pacientes (nosotros, nuestros familiares, amigos, compañeros,…) y queremos una solución,  correcta, rápida y eficaz. Y que no se olviden de ver, que es un beneficio para todos, para nosotros y sobre todo para ellos (económicamente hablando).



Besos diagnosticados al fin!

No hay comentarios:

Publicar un comentario