Estoy emocionada. Esta semana pretendo dedicarme un poco de
tiempo e irme a hacer una ruta en mitad de la nada viendo paisajes de los
cuales estoy segura que nadie más verá si no pasa “las de Caín” para llegar.
Lo realmente bonito de todo ello es que con un poco de
esfuerzo puedes llegar a ver lugares que no sabías ni que existían. Si tienes
suerte incluso verás algún animal que solo has visto en los libros.
Tendrás que ir por sendas, sortear piedras, tener cuidado
con algún desfiladero. De este modo, cuando llegas al final de ella te sentirás
como nuevo. Pero te hablo del final auténtico, no la mitad de la vía porque
todavía queda la vuelta.
Puede ser que llegue un punto en el que ya creas que no
puedes más pero cuando estás por ahí solo quedan dos opciones..o seguir.. o
seguir.
Nadie habla de ir a un ritmo endemoniado, simplemente es
cuestión de ir a tu propio paso y te puedo asegurar que sentirás como tu humor
mejora y ves la vida de manera mucho más optimista al mirar hacia atrás y ser
consciente del reto al que te acabas de enfrentar y que has superado con nota.
Si no lo has probado todavía, te animo a que escojas una montaña cercana, lo hagas y
me cuentes tu propia experiencia.
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